Seguro que, quien más quien menos, todos hemos oído alguna vez esa expresión de que "África es el futuro del fútbol". Desde que Camerún alcanzara los cuartos de final del mundial en 1990 y descubriera al mundo un nuevo tipo de jugador que, se asumió, marcaría el futuro del futbol, mucho se ha escrito acerca del tremendo potencial del fútbol africano y como este estaba llamado a marcar una tendencia a nivel global una vez explotara.
Sin embargo, pasan los años y, si bien es cierto que con el paso del tiempo la presencia de jugadores africanos se ha normalizado en prácticamente todas las ligas de Europa, a nivel de selecciones el fútbol africano continua sin cosechar buenos resultados. De hecho, en el último campeonato del mundo jugado en Rusia en el año 2018, las 5 selecciones africanas participantes quedaron eliminadas en fase de grupos, algo que no sucedía desde el mundial de 1982.
En este artículo, gracias al trabajo realizado por Kubayi & Toriola (fuente) analizaremos algunas de las diferencias que existen entre el fútbol europeo y el fútbol africano africano a través de su rendimiento en el pasado Mundial de Rusia en el 2018.
¿Qué hicieron los autores?
Se analizaron diversos patrones de rendimiento de un total de 30 partidos pertenecientes a la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018. Para igualar la muestra de partidos, se analizaron 15 partidos correspondientes a selecciones africanas (Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal y Túnez) y 15 partidos correspondientes a selecciones europeas (Croacia, Bélgica, Francia, Inglaterra y Rusia).
Patrones de rendimiento analizados
Los patrones de rendimiento analizados se centraron en tres grandes áreas:
Goles: Tiros totales, tiros a puerta, goles marcados en juego dinámico y balón parado y goles encajados en juego dinámico y balón parado.
Pase y organización: Posesión de balón, pases cortos, pases medios, pases largos, pasos totales, pases exitosos, centros, regates, regates exitosos, corners, fueras de juego y balones perdidos.
Defensa: Entradas, entradas exitosas, recuperaciones de balón, faltas cometidas, tarjetas amarillas y tarjetas rojas.
¿Qué encontraron los autores?
A continuación, dejo las conclusiones más relevantes a las que llegaron los autores una vez extraídos, analizados y comparados los datos entre equipos europeos y africanos.
Los equipos europeos realizan más tiros totales y más tiros a puerta que los equipos africanos.
Los equipos europeos marcan significativamente más goles que los africanos a balón parado.
Los equipos europeos tienen mucha más posesión de balón que los equipos africanos.
Los equipos africanos realizan muchos más pases medios y largos que los europeos, mientras que estos realizan muchos más pases cortos.
Los equipos africanos pierden más balones, realizan más entradas, más faltas y reciben más tarjetas amarillas que los europeos.
Implicaciones prácticas
Vistos los resultados obtenidos, y especificado en dónde se encuentran las diferencias más significativas a nivel de patrones de rendimiento entre selecciones europeas y africanas, nos encontramos ante un claro caso en el que la ciencia no hace sino corroborar aquello que podemos intuir a mediante observación.
De forma general, cuando pensamos en fútbol africano y en sus jugadores, inmediatamente nos viene a la cabeza el prototipo de jugador con buena técnica pero que basa su rendimiento en una gran condición física, con cierto desorden táctico en cuanto a comportamientos en el terreno de juego. En este sentido, es curioso como a pesar de que en la actualidad una gran parte de los jugadores africanos juegan en equipos europeos y cuentan por tanto con mejores medios de trabajo, una metodología más estructurada, análisis de video... etc; una vez estos jugadores se unen para representar a su país el rendimiento del equipo sigue mostrando patrones que se quedan lejos del fútbol europeo.
A partir de aquí, dada la pequeña muestra de partidos analizados, habría que realizar sin duda un análisis más exhaustivo que pudiera ahondar en las causas concretas del bajo rendimiento del fútbol africano a nivel de selecciones. No obstante, a raíz de los resultados obtenidos me gustaría dejar algunas reflexiones para los entrenadores, ya que creo que pueden ser aplicables independientemente del nivel en el que nos encontremos trabajando: ¿Hasta qué punto nos preocupamos de mejorar individualmente a nuestros jugadores? ¿Tratamos de crear jugadores reflexivos que entiendan el juego? ¿Nos limitamos a "utilizar" lo que ya trae cada jugador de serie o tratamos de potenciarlo añadiendo nuevos recursos a su juego?.
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